Para un niño pequeño, un mordisco ocasional puede ser algo pasajero y sin importancia, el hecho de morder no es diferente de otras formas de agresión. Lo mejor en estos casos es responder rápidamente al primer intento, con seriedad y con tranquilidad y así no volverá a ocurrir más.
Las Razones
Hay varias razones por las que un niño muerdo. Puede ser que tenga hambre, que le estén saliendo los dientes, que esté imitando a otro niño, que se sienta frustrado, que esté empezando a descubrir los conceptos de causa afectiva.
Más que céntranos en el hecho de que el niño muerda en si, tenemos que centrarnos en las causas por las que el niño ha necesitado morder. Si atendemos a las causas el síntoma desaparecerá. El amenazarle, gritarle o castigarle no va a servir para solucionar el problema, ya que el niño se sentirá mal y morderá mas de seguido.
Si se repite el acto del mordisco, es que la razón por la que en niño muerde no se ha solucionado o que las respuestas que se le han dado para que cese en su empeño no están suficientemente claras para el.
Los niños que se encuentran queridos, protegidos y son autónomas no suelen morder con tanta frecuencia, pero hay veces en las que un niño puede llegar a morder sin ven que los adultos permitimos en ciertas ocasiones algunas agresiones al cuerpo, como algunos juegos.
Causas
Una de las causas más normales de que un niño muerdo es que se siente falto de atención y en ese caso necesitaría más atención de la que se le esta dando. Una de las respuestas más utilizadas es pegar un grito, pero un grito en respuesta a su mordisco puede satisfacer su necesidad de sentirse poderoso y hacer que la mala conducta se repita, preferible que cuando intentan morder por primera vez, una respuesta física rápida, clara y cariñosa puede prevenir que se produzca de nuevo.
La primera vez que muerde puede ser que sea la última si la respuesta ofrecidas es clara y concisa. Si se empieza utilizando las palabras y se espera a intervenir cuando el niño ya se ha lanzado a su acción, seguramente lo volverá a hacer, por ello habría que estar alerta para prevenir que muerda. Si se evita antes de que suceda y previniendo las situaciones en las que muerde, el niño se olvidará de ello y no morderá en el futuro.
Morderle al niño como respuesta para que aprenda lo que se siente, no es adecuado, ya que le crecerá confusión y le hará daño. Si se actúa de esta manera se le estarás comunicando que eso es algo que se puede hacer, ya que el adulto lo está haciendo.
Colmando las necesidades de afecto, juego y cercanía son la clave para prevenir cualquier tipo de situación en la que un niño quiera morder, se atento, disfrutando de tu hijo, y procurándole felicidad, le hará estar en paz consigo mismo y con los demás y no morderá.
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