«El sector empresarial también se está adaptando a la crisis ambiental que padecemos actualmente». Y para muestra, el caso de Helechos, una cooperativa madrileña con 38 años de historia a sus espaldas. Desde 1985, fecha de su fundación, se ha especializado en el sector de jardines, a través de la venta de plantas, el diseño y mantenimiento de zonas verdes, y la impartición de cursos homologados por la Comunidad de Madrid, y que se encuentran vinculados a asuntos medioambientales.
Un compromiso que ha sido posible gracias a su amplia trayectoria. Hace casi cuatro decenios comenzaron trabajando en tareas de mantenimiento ambiental, pero a partir de la década de 1990 diversificaron el negocio y ofrecieron actividades de capacitación. Incluso, inauguraron un ‘centro de jardinería’, donde –a día de hoy– siguen dando a conocer sus trabajos.
Además, en los últimos tiempos han implementado una política de economía circular, que reduce su huella de carbono. «Tenemos, como nuestro público, una especial sensibilidad con los asuntos ecológicos», enfatiza Pedro Trigo, gerente de la cooperativa. En este tránsito hacia el equilibrio ambiental, desde dicha compañía están apostando por maquinaria autosuficiente. «Nuestro objetivo es que el 90% de nuestras motosierras, desbrozadoras, sopladores o cortasetos sean sostenibles en 2025», señala Trigo.
Una pretensión con la que también se estaría velando por la salud de los trabajadores. «Son unos recursos menos pesados y con una mejor distribución de la carga», confirma el gerente de Helechos. Además, al no utilizar combustible –funcionan con baterías recargables–, se reduce la posibilidad de accidentes.
Pero el compromiso ecológico de la cooperativa no finaliza aquí. También se estarían adquiriendo vehículos eléctricos, con el fin de renovar más sostenible su parque móvil. Asimismo, están apostando por el autoconsumo energético. Las primeras placas fotovoltaicas las instalaron en 1999, con una potencia de 5 KW. En 2010 conectaron otros 15 KW, mientras que en 2019 pusieron 10KW más. «Ahora mismo, estamos volcando a la red casi lo mismo que utilizamos», confirman desde Helechos. «Lo que pretendemos es que la maquinaria que usamos utilice energía procedente de fuentes renovables».
Pero la luz no lo es todo. También anhelan ser sostenibles con otros recursos, como el agua. Así, en su ‘centro de jardinería’ extraen el líquido de un pozo existente en el complejo. Además, cuentan con un sistema de drenaje, a través del cual se recoge tanto el fluido restante como el obtenido de las precipitaciones, mediante un sistema de cubiertas. A continuación, lo dirigen hacia un aljibe, donde se recupera y vuelve a ser utilizado para riego.
Un compromiso holístico
Con estas medidas, desde la cooperativa buscan aplicar una política de economía circular. Pero su implicación con la sociedad va mucho más allá. «Nos proponemos compaginar la rentabilidad económica con el respeto al medio ambiente y el buen hacer social, fruto de las políticas de gestión de personas que aplicamos y del compromiso de nuestra organización con la igualdad de género y de oportunidades», explica Pedro Trigo.
Por ello, «Helechos adoptó la fórmula cooperativa, por ser un sistema organizativo basado en los principios de democracia económica o economía social, favorecedora de una generación y redistribución más justa del rendimiento del trabajo y de las operaciones comerciales», subraya gerente de la propuesta. «Desde nuestro surgimiento, hemos intentando humanizar las relaciones empresariales y favorecer el asentamiento de la riqueza en el territorio».
En la actualidad, Helechos cuenta con unos setenta trabajadores, aunque no todos son cooperativistas. La consecución de esta categoría depende de las necesidades y querencias de cada uno de los empleados. No obstante, «deseamos hacer a todos trabajadores–socios, para que puedan participar en la gestión de la empresa», explica Pedro Trigo.
FECOMA
Helechos forma parte de la Unión de Cooperativas de Trabajo Asociado, entidad asociada a la Federación de Cooperativas y de la Economía Social de Madrid (FECOMA), que representa los intereses del sector desde 1997. Esta organización trabaja por el concepto de intercooperación –aplicado a sus organizaciones miembros y al conjunto de las empresas de su ámbito–, por el networking con los agentes sociales, y por el establecimiento de alianzas para generar valor para la sociedad. Unas metas que se quieren conseguir a través de la creación del empleo de calidad y de servicios sostenibles.
Los integrantes de FECOMA «pretenden alcanzar un mundo justo y solidario, donde la actividad económica –siendo esencial desde todo punto de vista– tiene que estar al servicio de las personas», explica el presidente de la Federación, Carlos de la Higuera. «Todas las generaciones y las ideologías se dan la mano dentro de la economía social».
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