Beatriz Fernández y Sonia Pérez maestras, tutoras de primer ciclo y responsables de la escuela de padres de Logos Nursery School escuela infantil puntera de Las Rozas de Madrid, aclaran algunas facetas relevantes sobre el aprendizaje de normas y límites en niños.
«Cabe destacar que hay una diferencia entre la palabra límite y la palabra norma: Un límite es una norma que no se puede rebasar bajo ningún concepto y está más relacionada con el comportamiento en sociedad, de hecho, cuando un límite no se cumple, suele haber un rechazo social porque se interfiere en la vida en sociedad ya sea en el aula, en la familia o en otro contexto. Si se rebasa un límite, al final otras personas u otros grupos sociales salen perjudicados, de ahí su importancia para el correcto desarrollo del individuo y su convivencia futura.» – comenta Sonia Pérez.
Estos denominados límites y normas deben ser revisables y trabajarse continuamente a nivel educativo porque según los niños van avanzando en edad y aumentando su desarrollo cognitivo y personal, requerirán una serie de normas básicas de convivencia y unos límites diferentes.
«No es lo mismo marcar normas y límites a niños de dos años, que a niños de cinco, o incluso de edades posteriores más complejas como puede ser la adolescencia. Durante la primera etapa de formación surge lo que se llama la teoría de la mente, que es cuando un niño empieza a conocer los estados mentales de otra persona, esto surge alrededor de los dos o tres años y se va incrementando a medida que se avanza en el tiempo», comenta Beatriz Fernández.
Estos conceptos que se están tratando están íntimamente relacionados con las emociones y sentimientos, por ello las normas y límites realizan la labor de capacitar y enseñar a acercarnos a los demás.
Este aprendizaje surge alrededor de los dos o tres años y se va incrementando a medida que va avanzando el tiempo, de ahí que en la etapa de los dos años surjan lo que llaman las terribles rabietas, porque los pequeños empiezan a entender a los demás y también a sí mismos, pero aún no saben gestionar todas las emociones ni colocarlas, para ayudarles a ello se adjudican las normas y límites que les aportarán seguridad.
Se comienza marcando estos de una forma respetuosa. La educación ha ido avanzando en los últimos tiempos y existe una pedagogía que se puede utilizar de una manera respetuosa para hacerles entender cómo funcionan las normas sociales entre otras pautas. Por ejemplo, «ponernos a su altura para utilizar el diálogo como herramienta de gestión de las emociones, respetar sus espacios, esto es muy importante puesto que cuando se encuentran una rabieta normalmente tiene una emoción muy desarrollada y normalmente suele ser negativa y en ese momento no siempre hay que invadir su espacio, sino que se ha de preguntarles si quieren un acercamiento y si quieren que haya un contacto, darles un abrazo, etc. Es decir, proporcionarles herramientas emocionales».
La comunicación es la base de todo. Se deben dar pautas firmes y concisas y también de acuerdo a su edad. «Es muy importante que validemos sus emociones, es decir todas las emociones deben ser válidas. No se puede hacerles entender en este momento en que todavía no diferencian unas de otras, que llorar es malo, o que sentir rabia es algo negativo. Al final, hay que hacerles entender que estas emociones forman parte de la vida diaria de cualquier persona en sociedad y acompañarlos».
«Los padres y profesores somos el apoyo y seguridad de los pequeños, es muy importante en esta edad, que sientan las bases socioafectivas y emocionales porque el cerebro es plástico y está todavía desarrollándose. Esto, sumado al uso del diálogo son las herramientas principales para establecer límites y normas puesto que al final mediante ellas se les puede hacer entender porque qué deben o no, llevar a cabo ciertas conductas», recalca Sonia Pérez.
«Por último, algo imprescindible a la hora de enseñar limites y normas, es la paciencia. Muchas veces es de lo que más nos cuesta, porque cuando los niños tienen una rabieta dura, y nosotros lo vivimos muchísimo en aula, es de lo más normal entrar en un modo de nerviosismo y lo que intentamos es evitar que el niño siga, en vez de acompañarle. Esto, nos lleva a no respetar el límite que le hemos impuesto y sucede que los niños aprenden estrategias de: vale, me puedo saltar esta norma porque, no va a haber una consecuencia, es decir, el límite me lo van a levantar, por así decirlo. Debe quedar claro que ciertos límites no pueden ser rotos y que puede conllevar consecuencias el hacerlo», concluyen Sonia y Beatriz.
En la escuela de padres de Logos Nursery School se ahonda en las técnicas para gestionar y educar en los límites y normas.
El Colegio Logos es un colegio internacional y bilingüe, localizado en la zona noroeste de Madrid, que está posicionado entre los 4 mejores colegios de España. Un colegio que se basa en la internacionalización, en la educación con valores, la innovación educativa y el espíritu deportivo.
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